Si te preguntara quién es el paciente que acude a tu clínica, ¿qué me responderías? ¿Estás contento con el tipo de paciente que tienes? ¿Tus pacientes se quejan de tus precios o no pueden pagar por tus servicios?

Aunque creas que tus servicios odontológicos podrían ayudar a casi cualquier persona para que tenga una buena sonrisa y una buena salud bucodental. La respuesta es tus servicios odontológicos no pueden ofrecerse a todos.

No todas las personas son tus pacientes ideales. Solo aquellas personas que realmente reconocen su necesidad y están dispuestas a pagar por ese servicio que resuelve su problema, son tu paciente ideal.

Por eso, antes que nada, deberías definir quién es tu paciente ideal. Es decir, cuáles son sus datos demográficos, qué edad tiene, dónde se encuentra, qué le gusta, cuáles son sus actividades y cuáles son sus prioridades.

 

Aunque tú veas que hay personas que tienen un problema bucodental serio, que les está afectando a su vida cotidiana, si ellos no lo ven como una prioridad, no serán potenciales pacientes para tus tratamientos. Cuando intentas explicarles a este tipo de pacientes el tratamiento que necesitan, las cosas van mal. Te frustras, te agobias y hasta puedes llegar a pensar que esta profesión no es lo tuyo.

Lo que sucede es que muchos dentistas no se ponen a pensar con quienes quieren trabajar, solo tratan de trabajar más y más cada día con la idea de facturar más. Suelen ser poco específicos, no tienen claro cuáles son sus objetivos. Y seguramente si les preguntasen, cuál es el tipo pacientes con el que les gustaría trabajar, no lo tendrían del todo claro.

 

Definir a tu paciente ideal te ayudará a ser mucho más efectivo y a definir mejor tus mensajes de comunicación, marketing y venta. Te permitirá atraer más pacientes con el perfil ideal, con el nivel adquisitivo que necesitas para trabajar a gusto y sin tener que lidiar a diario para ofrecer tus tratamientos.

Así que si ahora mismo estás trabajando con un tipo de paciente que te resulta poco rentable o tienes que trabajar muchas horas para conseguir los ingresos que necesitas o terminas cada día cansado, quizás tengas que tomar alguna de estas decisiones.

Si nadie valora tus servicios y te cuesta trabajar con tus pacientes actuales, es tu responsabilidad analizar qué mensajes estás transmitiendo para que te lleguen ese tipo de pacientes.

 

Párate a pensar ¿en qué estoy fallando en mi mensaje? No estás comunicando eficazmente y por eso te está llegando este paciente.

Lo que te propongo para que comiences a trabajar es lo siguiente:

 

1- Define quién es tu paciente ideal: 

Define sus características. Qué edad tiene, cuál es su ocupación, es empleado, es independiente, en qué ocupa sus horas diariamente, cuál es su nivel de ingresos, dónde vive, cuál es su situación familiar, está casado, es soltero, está jubilado, qué cosas le interesan, cuáles son sus hábitos, es fumador, runner, surfer, cuál es su nivel de estudios, su estatus, sus valores. Cuantas más cosas definas de tu paciente ideal, más fácil será dirigirte a él.

Seguramente recuerdes algún paciente que tiene las características de tu paciente ideal. Aquel con el que te gustó trabajar, con el que te sientes cómodo. Define sus características comunes, describe el arquetipo de paciente ideal. Deja volar la imaginación y permite fluir a la creatividad.

2- Redefine los mensajes que da tu clínica dental:

Ponte en el lugar de ese paciente ideal e intenta pensar como él. Qué información le gustaría recibir, cuál es el mensaje que podría influir en él. Cuáles son las notas de blog que podrías escribir, qué deberán comunicar tus anuncios online, qué deberían decir los textos de tu web, todo lo que digas y sobre todo tu discurso cuando hablas con el paciente sobre su tratamiento.

El paciente ideal que estás buscando seguramente necesita otras características antes que el precio, piensa que necesita, calidad? mejor atención? garantía? seguridad? confianza? trato personalizado? puntualidad en la atención?

Eres capaz de atraer el paciente ideal solo que tienes que estar dispuesto a hacer los cambios necesarios para que los resultados sean distintos.

 

 

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