Para todos aquellos dentistas que hoy queréis optimizar las finanzas de vuestras clínicas dentales y aumentar beneficios, sin necesidad de convertiros en un experto financiero, quiero explicarte qué pasos debes seguir para hacerlo correctamente.
El principal punto de partida es diferenciar entre pasado: lo que ha ocurrido, y el futuro: lo que quiero que ocurra, en los resultados de nuestras clínicas dentales.
Análisis del pasado
Empecemos por el pasado y hagamos un simple análisis con estos 4 ingredientes:
- Facturación (X): Extrae la cifra de facturación de tus últimos 12 meses. Es importante que sea de los últimos 12 meses, no de un periodo inferior.
- Gastos (Y): Extrae la cifra de gastos que tuviste el año pasado. Es decir, cuánto dinero invertiste para alcanzar esos ingresos.
- Beneficio (Z): La diferencia entre ambos, ingresos – gastos. Este dato nos da el beneficio que tiene nuestra empresa.
- ¿Cuántas horas (B) han sido necesarias emplear y de cuántas personas (A) para generar ese resultado en 12 meses?
De forma que podrías llegar a la siguiente frase:
El año pasado facturé X€, invertí Y€, me quedó un beneficio de Z€, con A personas en B horas de trabajo.
Con esta información ya tenemos un punto de análisis del beneficio que ha generado nuestro negocio, más bien, el beneficio que hemos sido capaces de obtener con la dirección de nuestro negocio.
Asegura tu futuro financiero
Ahora que ya tenemos de dónde venimos, vamos a mirar hacia dónde queremos ir. Y ahora tenemos que hacernos la siguiente reflexión:
Quiero optimizar mi situación financiera de cara a los próximos 12 meses, quiero aumentar mi beneficio. ¿Cómo lo hago?
Sigue estos 3 pasos:
Primero: Entiende tus números y tu clínica dental. Analiza en detalle la causa de tener este resultado que hemos obtenido. ¿Qué nos dicen nuestros números que ha ocurrido? Conocer los indicadores que son correctos y los que no, y si estamos dentro de buenas métricas.
El balance de tu clínica dental es como una analítica médica, un experto lo lee y sabe qué ocurre en el negocio. Alguien que no sabe, debe consultarlo con un profesional antes de hacer un “autodiagnóstico”.
Segundo: Optimiza tu situación financiera. Es el momento de cambiar la estrategia y explorar oportunidades más rentables. Es decir, con más beneficios y potencial de escalabilidad para ti. Qué facturación queremos para los próximos 12 meses y qué cambios estructurales vamos a hacer hoy.
No necesitas crear el modelo de negocio que revolucione nada, es más efectivo uno que tú puedas llevar a cabo, uno sencillo que paso a paso puedas ejecutar y a su vez disfrutar del crecimiento del mismo.
Hay una máxima empresarial que siempre debe prevalecer: “ganar el máximo con el mínimo de recursos”, y esto es tiempo, dinero y energía.
Tercero: Implementar la estrategia diseñada y analizar periódicamente. Muy importante, un plan que minimice el riesgo. Cuando el plan tiene previsto un retorno de la inversión superior a la inversión que hacemos nos aseguramos no tener margen de error.
Siempre hay diferencias entre el plan y la realidad, pero si el plan está mal hecho, no es que haya diferencias, es que no está bien hecho.
Debemos evitar dejarnos llevar por nuestro sesgo optimista, el mismo que nos hacer creer que puede tocar la lotería aunque las estadísticas dicen que es prácticamente imposible. En los negocios ocurre igual, un plan diseñado por alguien que piensa que su plan es infalible corre mucho riesgo porque está haciendo un mal plan.
Comentarios recientes